En plena pandemia y época de confinamiento queremos rendir homenaje en estos ruedos a la VIDA. Todos somos toreros frente a este COVID-19 y nos enfrentamos a nuestros miedos, al abandono, a la perdida, dando paso a nuestros pensamientos y sentimientos más etéreos y espirituales.
De alguna manera, «TOROS SIN MUERTE» es un canto a la vida, a la esperanza, a los sueños, no exentos de riesgos, pero con la confianza de que todos dejaremos un legado en la memoria.
Hoy 16 de mayo de 2020 conmemoramos los 100 años del legado de un torero revolucionario y vanguardista en su época, capaz de transformar la sociedad en la que vivía.
Hablamos de José Gómez Ortega «Joselito el Gallo», o Gallito como le llamaban otros, fue denominado el Rey de los toreros, nacido en Gelves (Sevilla) el 8 de mayo de 1895, y nace su leyenda el 16 de mayo de 1920 en Talavera de la Reina.
Perteneciente a una familia de estirpe torera, su tío José y su padre Fernando Gómez García fueron los dos primeros «Gallos», Joselito fue el pequeño de tres hermanos, Fernando Gómez Ortega y el mayor, Rafael «El Gallo», figura reconocida de la época al que José admiraba como un ídolo.
Vida del rey de los toreros
En una finca de Gelves se crio Joselito, entre toros y toreros, ya con pocos meses y arropado en una mantilla por su padre en brazos, tuvieron que sortear las envestidas de un becerro que por allí pasaba, por eso se decía en Sevilla que Joselito había toreado en mantillas. Ya se vislumbraba desde niño su liderazgo, jugaba al toro en calles y plazuelas de Sevilla, aquello era una especie de escuela viviente del toreo. Don Ventura apostillaba: «No hubo un perro en Sevilla al que José no le diera unos lances»
El 28 de septiembre de 1912 toma la alternativa en Sevilla en medio de un hecho histórico y es que se suspendió en Madrid el día antes su alternativa programada y en 1913 se consagra como figura del toreo y es impulsor de la edad de Oro del toreo en el siglo XIX con la rivalidad de Juan Belmonte.
Joselito fue un torero largo, así se denomina a los toreros conocedores de todas las surtes del toreo, brillante en su toreo de capa, oportuno galleando con sus quites, espectacular en banderillas y clásico toreo andaluz, único y genuino en sus faenas de gran calado.
Despertaba a grandes artistas del momento la inspiración para crear pinturas, canciones, poesías, etc. Desde los compositores Quintero, León y Quiroga, a los poetas Rafael Alberti, José Silva y Aramburu, Gerardo Diego, entre otros.
Llora, Giraldilla mora, lágrimas en tu pañuelo. Mira como sube al cielo la gracia toreadora
Rafael Alberti (Joselito en su Gloria)
En la quietud serena de la tarde, en la plaza un volcán ígneo e hirviente; arde el coso, la arena, arde la gente y el torero; y el toro también arde.
José Silva y Aramburu (Soneto a Joselito)
Legado de Joselito en la tauromaquia
Dejó un verdadero legado a la tauromaquia, los comienzos del toreo en redondo, diseñador del proceso de selección del toro de lidia en tareas de campo y conseguir un toro más apto para una lidia más artística y la gran aportación y supervisión de la construcción de plazas monumentales como el coso de San Bernardo (Sevilla) y la plaza de toros de Las Ventas (Madrid) con el fin de aumentar los graderíos para poder abaratar las entradas dadas las circunstancias de la época.
Joselito el Gallo fue un visionario, un adelantado a su época, un revolucionario del toreo en la sociedad en la que vivía.